ESPÉRAME, MI AMOR
Esta historia ocurrió allá por el año 2010; esto le aconteció a Pedro, quién era el velador del panteón del pueblo. Él relataba a la gente del lugar del entierro de una niña que le dio mucha tristeza por el dolor y llanto de la madre, cuando se despidieron le decía al féretro de su pequeña hija: "No tengas miedo, un día me reuniré contigo. ESPÉRAME, MI AMOR."
Cuando ya se iban, la madre fue y tocó la puerta del cuarto del velador y le dijo que le encargaba mucho la tumba de su hija, que le habia dejado una muñeca y que por favor la cuidara ya que era la preferida de la pequeña cuando estaba viva.
Pedro cuenta que al día siguiente se levanto temprano a barrer la entrada del panteón y vio la muñeca en una banca y así paso por varias noches hasta que una noche decidió vigilar la tumba para ver que pasaba y pudo darse cuenta de como el fantasma de la niñita se levantaba y tomaba su muñeca y enseguida caminaba hacia afuera, se impactó; pero no se asustó, no le dio temor alguno ya que la vio como un pequeño angelito.
Al tercer día de ver esto, el velador se animó y siguió a la niña hacia afuera, vio que se sentaba en una banca y se decidió a acercarse y preguntarle:
- ¿Qué haces aquí, pequeña?
A lo cual la niña le contesto
- Espero a mi mamita, ella dijo que un día vendría y podríamos volver a estar juntas.
Así pasaron muchos años y el velador se acostumbro a ver el pequeño fantasma de la niña. Una noche tocaron a su puerta; era la niñita muy sonriente y le dijo: - Te vengo a dar las gracias por cuidarme todos estos años, ya no estaré sola, mañana vendrá mi madre y podremos estar juntas - y se despidió .
Al día siguiente llegaron con un féretro, era la madre de la niña que habia fallecido. Al final del panteón Pedro logró ver el fantasma de la madre con su pequeña en brazos, las dos felices voltearon y se despidieron a lo lejos del velador. Y Pedro contó esta historia a todos los visitantes hasta el día en que partió.